Aleaiactacismo —Libertas—
- alphonsusxrex
- 5 may 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 14 may 2021

Ya que el tema está en el aire por las recientes proclamaciones de la señora Díaz Ayuso, hablemos de Libertad.
La Libertad no es lo que equívocamente se define en el comodón "Laissez faire, laissez passer" que tanto gusta a liberales, a sociales como económicos. La Libertad no es la ausencia de leyes o una lista que tiende a infinito de derechos, la Libertad es algo mucho mayor.
«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!»
—Don Quijote, CAPÍTULO LVIII, Segunda Parte.
La Libertad es una cuestión intrínseca al humano y jamás se le puede arrebatar por la fuerza, únicamente se le puede quitar su libertad a un hombre mediante el engaño y los fármacos, pues estos recursos alteran la conciencia y la visión de éste hasta que es él mismo el que reclama que otro le dicte por dónde ha de caminar, cómo ha de caminar y con qué ha de caminar, intercambiando su libertad por una equívoca seguridad de que le están guiando por el camino correcto.
Si a mí, en mi sano juicio, me pusieran un arma en el pecho y me gritaran que me detenga o aprietan el gatillo, yo preguntaría por qué he de detenerme y sólo en el caso de que diera validez a su respuesta, me detendría, pero jamás lo haría por miedo a que disparasen porque entonces estaría entregándome al engaño del miedo y nunca más volvería a ser libre. Quien tuviera un arma podría amenazarme con ella para que cumpliera siempre con sus caprichos ilógicos únicamente por miedo al arma, y eso sería devastador, pues sería vivir enclaustrado por el miedo a morir aún teniendo la certeza de que algún día voy a hacerlo, ya sea por el arma o porque se pare mi reloj.
«Sólo es libre quien no tiene miedo».
Aplicando esto a la sociedad contemporánea y a los Estados modernos, surge el verdadero Contrato Social dado que la rebeldía de todos frente a una ley injusta procedente de un abuso de poder y del uso de ingenierías políticas resultaría en la abolición de esa ley por inútil, bien porque las Fuerzas del Orden no la tendrían en cuenta a la hora de cumplir sus funciones, bien porque la Cámara Legislativa la derogaría. Por desgracia siempre fue así con las sociedades, el no uso de la Libertad desemboca en el despotismo, en cambio, un uso constante de ella desemboca en un Gobierno con la conciencia de que tras su nuca hay una espada que le atravesará si no obra correctamente.
Y es que en eso se basa la Libertad mayormente, en obrar de forma correcta. Aunque no creas en Dios, sigue las enseñanzas católicas y ellas te enseñarán la Libertad, pues Libertad no es ser esclavo de los caprichos del cuerpo o la mente, Libertad es tener consciencia de ellos y combatirlos hasta la extinción. Sin drogas y sin miedo que nublen tus estructuras cognitivas y cognoscitivas, y con la templanza suficiente para discernir si un pensamiento o una acción son morales o inmorales, habrás alcanzado la verdadera Libertad.
Aunque algo innegable sobre la Libertad es que tiene consecuencias, consecuencias a tener en cuenta a la hora de ejercerla y tomar una decisión. No es válido utilizar la Libertad y no hacerse responsable del resultado de cada acto, ahora bien, morir defendiéndola es uno de los actos más nobles que puede realizar un hombre y, si llegare el caso, no ha de dudar en sacrificarse por este ideal.
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